El cierre de ciclos, significan dejar en el pasado algún momento de la vida que ya ha terminado para poder avanzar.
Cuando hablamos de ciclos nos referimos a esos procesos de la vida que comienzan, se desarrollan y concluyen. Así, aunque en la práctica nada termine del todo realmente, es importante aprender a cerrar ciclos cuando se agote el proceso, para seguir adelante y evitar quedarnos estancados.
Para ello, antes de nada hay que saber diferenciar entre el hecho de cerrar ciclos y el de tener una pérdida. El cierre de grandes etapas de la vida supone pérdidas e implica duelos, pero no tiene el carácter súbito o profundamente doloroso que comportan las pérdidas como tal. Por lo tanto, el cierre de un ciclo comprende pérdidas, pero estas no necesariamente incluyen un cierre de ciclo.
Muchas veces somos nosotros mismos quienes bloqueamos nuestro propio progreso hacia ciertos objetivos. Por eso queremos darte algunos consejos que, según la psicología, podrían ayudarte a progresar desde lo personal.
1. Deja ir todo lo que se tenga que ir
Los seres humanos tenemos tendencia al apego emocional, sobre todo a las cosas que conocemos, aun cuando éstas puedan ser negativas. Los hábitos nos empujan a soportar situaciones, aunque sean malas, por el simple hecho de que es mejor aguantar algo conocido que enfrentarse a algo totalmente nuevo.
Es por eso que el primer consejo que debes seguir es tener la capacidad de dejar ir las cosas que realmente no son necesarias en tu vida.
Cerrar ciclos es algo que debemos hacer de manera consciente y dejar ir las cosas que no nos aportan nada es una forma de aceptar una nueva realidad.
2. Empieza a crear equilibrio en tu vida
Los cierres de ciclos también implican alejarse definitivamente de cosas o situaciones que pueden resultar dolorosas, se refiera a abandonar realidades que nos hacen daño, siempre originará un duelo. Por lo tanto, es necesario permitirnos vivir esa tristeza que traen consigo los finales y despedirnos de esa realidad que está por desaparecer. La mejor manera de hacerlo es construyendo una memoria sobre lo vivido. Sin embargo, experimentar la tristeza cuando se acerca el final de algo, te hará tomar conciencia de que, definitivamente estás poniendo un punto final a esa situación.
Lo mejor es repasar, paso a paso, cada una de las vivencias que formaron parte de ese proceso. Identificar el comienzo, los momentos más relevantes y las sensaciones que experimentamos.
A partir de esto se puede hacer un balance, una evaluación de las vivencias positivas, y también complicadas, que hubo en ese ciclo. Qué se aprendió y qué no. Qué aportó a nuestro crecimiento y cómo contribuyó a nuestras limitaciones. Esta es la mejor manera de decir adiós. Enfrentar los cambios con valentía, mirar de frente las cosas, repasar las experiencias y vivencias, y quedarte con el recuerdo de lo que pasó, es fundamental para seguir adelante.
Una vez que lo logres, podrás crear un equilibrio en tu vida que te permitirá evaluar las experiencias positivas y también las complejas que viviste a lo largo de ese proceso, y las enseñanzas que te quedaron.
3. Empieza de cero
Una vez que has hecho las paces con tus historias pasadas, es el momento de avanzar sin que ese pasado reciente vuelva afectar tu presente es ponernos en paz con el pasado inmediato, para seguir adelante sin que lo vivido nos afecte, ni invada nuestro presente. Todo final implica también un comienzo. Ese comienzo debe ser el foco de nuestra atención y nuestro interés.
Un cierre de ciclos siempre significa un nuevo comienzo y es en ese punto en el que deberás poner toda tu atención. Empezar de cero no tiene por qué generar miedos, aunque seguro los sentirás.
Es normal que como todo comienzo las cosas al principio sean un poco inestables, pero es cuestión de tiempo para que eso que era desconocido, de repente se vuelva familiar. Movernos de lo conocido a lo incierto siempre tiene un toque de aventura y supone aprendizajes, sorpresas y, por supuesto, adaptaciones. La mayoría de las veces, los cambios nos dan mucho más de lo que nos quitan.
Los nuevos comienzos siempre dejan aprendizajes y nuevas lecciones de vida, además ayudan a mejorar tu salud mental y a prepararte de cara a un futuro mejor.
Para aprender a cerrar ciclos de forma definitiva es necesario recordar lo vivido, aprender a perdonar, aceptar la realidad y finalmente desprenderte.
Hay que abrazar al cambio como a un nuevo amigo. Hay que ver un nuevo ciclo como la oportunidad para poner en práctica lo aprendido en el anterior y para ampliar lo que ya sabemos, pulir lo que está en bruto o dar un viraje para crecer.
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